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La Obra Mater Orphanorum nació el 8 de Septiembre 1945, brotó desde el fondo del corazón del Padre Giovanni Antonio Rocco, de la Orden de los Padres Somascos, y en el mismo espíritu de su Fundador -San Jerónimo Emiliani, Padre de los huérfanos y de la juventud abandonada-.

Con la aprobación del Padre General de la Orden Somasca, Padre Giovanni Ceriani e de S.E.Rev.ma. Cardenal Schuster, dio inicio a una Familia Religiosa impregnada del espíritu de caridad por la salvación de la juventud abandonada, en el cuerpo y en el espíritu. 

Mater Orphanorum… un atributo de María y un título que encierra un verdadero programa de vida y amor.

El “MIHI FECISTIS”, Mt. 25, 40, evangélico en la amplitud de la caridad, con atención particular hacia los huérfanos y a la juventud abandonada; y, hacia todos los necesitados. La figura de Padre Rocco -persona mansa y determinante, encendido por una tierna devoción hacia María santísima, derivada de la enseñanza de san Luigi Grignon de Montfort-, logró con sus Oblatas, en el propósito cristiano de mitigar las dificultades de tantos niños y personas desafortunadas. También a consolar los enfermos, asistir a los ancianos y ayudar a los débiles.

Con la confianza en María, Madre de los huérfanos, ha llegado a Guatemala, El Salvador, Colombia, Camerun y en muchos otros lugares donde ha creado estructuras de acogimiento para niños; mostrando los frutos de quien nunca pierde la esperanza, ni siquiera en las condiciones más tristes.

Ha mirado siempre con la inteligencia vivida de la mente y de aquella apasionada del corazón, las prioridades del territorio: la infancia abandonada y necesitada de Centro América y Colombia, los , los enfermos y la dignidad de la mujer en África (Camerun) los ninos con dificultad (especialmente extranjeros) y  ancianas en Italia. Las Oblatas continúan las obras según el espíritu de su Fundador –fallecido en Legnano el 16 de julio del 2003- con la misma fe en Dios, en la Virgen Santísima y en la devoción a San Jerónimo Emiliani.

MIHI  FECISTIS

"Todo lo que hiciereis a uno de estos mis hermanos más pequeños a mí me lo hicisteis.”

(Mt. 25, 40)

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